sábado, 8 de noviembre de 2008

Una mala digestón

RUBE
A Rube la noticia le cayó como un jarro de agua fría. Tenía una infección grave y debía pasar como mínimo una semana en aquella horrible sala de observación, aunque el doctor ya le había avisado de que lo más probable sería que le operaran de urgencia.
“Estas cosas suelen dar problemas, no le van a dejar descansar tranquilo o curarse sin más. Ya las ha tenido bastante tiempo rondando a sus anchas. Ya las ha dejado crecer bastante”
Esas habían sido las palabras del doctor, que se fue tan rápido como había llegado. Tenía otras ocupaciones. Rube iría a llamar a su Dolim-hak, pero estaban en la ceremonia del Hoh, debería esperar hasta más tarde para avisarlos. Él mismo sabía que si se hubiera tomado las inorgánicas habría estado bien, y no habría tenido ningún problema, pero sentía cierto recelo hacia ellas, las consideraba una estrategia gubernamental para preocupar a la gente en cosas nimias y crearles una necesidad, que no era tal, de forma que gastaran el dinero, y carecieran de poder adquisitivo para comprar partes, que eran realmente importantes. Ya había sentido en sus carnes lo equivocado que estaba, o eso le había dicho todo el personal sanitario desde que había llegado al terreno del hospital. Había pasado toda la noche mareado y con naúseas, hasta que le subió la fiebre momento en el que ya no pudo aguantar más en el cubículo, y llamo a los camilleros.
Al cabo de un tiempo empezó a reducir la corriente del sistema vital, y se puso a rememorar los viejos tiempos. La pequeña infancia había durado muy poco, como era común, o eso le parecía a él, que tampoco tenía una conciencia demasiado desarrollada del tiempo, vivía sin preocuparse. Al crecer, los compañeros del Yukham Cloud, le acogieron y le nombraron secretario y después presidente, destacando en gestión comercial y en deportes, principalmente. Siempre fue un muchacho muy guapo y de constitución atlética, había triunfado entre las jóvenes, pero se había quedado con Nane, era perfecta, hasta que sufrió un colapso y murió. Desde entonces, el joven alegre y sociable que había sido se convirtió en un tiburón de las finanzas, taciturno y apagado, siempre conspirando o durmiendo, había engordado demasiado, no podía seguir así. Cuando saliera de aquel sitio, empezaría de nuevo. Limpio de infecciones, de dolor y de angustia, sería valiente, honorable, bueno…seguro que eso le gustaría a su Dolim-hak, ya la había decepcionado bastante.
Mientras se recreaba en sus ensoñaciones notó un fortísimo dolor en el estómago, se llevó las manos a la cabeza y gritó. Era absolutamente insoportable. Los camilleros llegaron corriendo, le levaron y lo pusieron en la tabla. Era necesario que fuera operado de urgencia, tal y como había dicho el doctor. “Qué fastidio” pensó Rube en medio de su dolor.
Le aplicaron sueros. Le metieron un tubo por la garganta. Inhaló el gas. Los impulsos eléctricos disminuyeron hasta casi desaparecer. La consciencia se iba. Rube ya no se notaba a sí mismo…
Pasada la Kijho, llamaron a la Dolim-hak y le dieron el pésame. Mañana celebrarían la ceremonia, y como era costumbre allí, el médico encargado daría un discurso de despedida y se repartirían inorgánicos, para prevenir.
“Se le había infectado una de las glándulas del Sistema Solar, la Tierra, que es una de las más delicadas. Al no tomar los inorgánicos, permitió que se desarrollaran esas condenadas bacterias, Vitae filius, para más inri, la situación se agravó cuando crecieron en su interior los Homo Sapiens, que hoy en día son de las más peligrosas, pues alteran el equilibrio de la membrana de la glándula y expulsan desechos que se acumula en la bolsa intestinal, y al no poder intervenir el estómago con tanta facilidad para limpiarlo como otras zonas debido al riesgo que conlleva, normalmente desemboca en la pérdida del individuo. Siento su dolor.”

2 comentarios:

spayurmen dijo...

Vaya bien que presentas las similitudes, desde luego, razón no te falta.
¡Sigue así!

Nova dijo...

He pasado la tarde de ayer discutiendo con mi madre y mi prima, no entendieron lo que quería decir con el relato, a lo mejor tengo que volver a escribirlo... ¬¬

Lo que quiero que se entienda es que el universo es el aparato digestivo de un ser superior, y nosotros somos las bacterias del mismo, de forma a análoga a las que viven dentro de nuestro cuerpo. ¿Se entiende eso, o reescribo el final?